Prácticamente no hay viaje a cualquier rincón del mundo donde no nos encontremos con un molino. Da envidia, ver como se cuida este patrimonio, clave en el sustento de nuestros ancestros, en países como Holanda, Francia, Inglaterra. Afortunadamente, cada vez nos damos más cuenta y valoramos la riqueza del patrimonio que nuestros abuelos nos han cedido en herencia.

Vamos a recorrer parte del mundo para descubrir el molino como elemento común a culturas/países y pieza importante en el sustento y desarrollo.



En París, a parte del particular Mouline Rouge todavía es posible encontrar algún molino en el mismo centro, cómo no, reconvertido en restarurante.
Navegando por alguno de los canales que cruzan Francia, a buen seguro aparecerá algún molino. Por ejemplo, en el río Charente.


Grecia - Oia (Santorini). Una de las panorámicas más espectaculares que se pueden ver en el mundo, la Caldera formada por el viejo volcán y allí encontramos a nuestro amigo el molino asomándose junto a nosotros.
Brujas
  En el mismo centro de la ciudad de Praga una enorme rueda vertical recuerda el objeto original de algunas de las casas junto al canal.
  Quizás si hay un país famoso por sus molinos, este sea Holanda y Zaanse Schans se convierte en uno de los puntos más interesantes en cualquier viaje a este país. Un parque entorno a los molinos de viento y su uso, donde aún se puede comprar productos naturales como mostaza aún producidos en estos vetustos artilugios.
Todos de madera, poseen mecanismos "complejos" con engranajes que transmiten el giro de eje a eje.